Cuerpo y pulsión
Susana Sujarchuk
Voy a comenzar la reunión plantando tres citas.
Es una cita que
incluimos en el curso de este año y es
central en el pensamiento del filósofo Baruch Spinoza del siglo XV. El cuerpo para
él no se reduce a lo biológico, sino que está ligado a la razón y al deseo, siempre van
juntos. No sostiene una oposición entre cuerpo y alma, sino que las pasiones
son parte de la razón, que las abarca y las incluye.
2- “No es preciso
adentrarse mucho en un análisis de adulto, basta haber analizado niños para
conocer ese elemento que confiere peso clínico a cada uno de los casos que
tratamos, ese elemento es la pulsión”
“En efecto en la experiencia encontramos algo que posee
el carácter de irrepresible, lo pulsional” J.Lacan Clase 13.Seminario 11.
3- Planteo de Laura Monksor en una clase del año pasado: “En
la clínica con niños, muchas veces el cuerpo es el personaje principal, por
mostración o por inhibición.”
Estas citas, van a ser el eje, el camino por donde
transitar y plantear los problemas en nuestro encuentro:
El cuerpo en el tiempo de la infancia y su articulación
con la pulsión.
Hace muchos años escribí un pequeño artículo donde estudiaba
el problema de cómo los griegos leían, en la antigüedad, a los
niños y a la infancia…el recorrido por algunos textos mostraba que los veían
imperfectos en comparación a los adultos
Aconsejaban en la educación, normas y pautas estrictas
para acallar o apaciguar al niño. Estaban preocupados por la formación
del carácter, el ethos, de quienes serian los futuros ciudadanos. Platón en su libro Las Leyes prescribía juegos
fijos, los niños no debían cambiar sus
juegos, porque si hacían modificaciones en ellos se podían desarrollar como
individuos creativos y generar cambios sociales en el futuro. Entonces los
juegos debían ser fijos en función de la
estabilidad de la norma para velar por la tradición. Estaban interesados por la
formación del carácter y por el desarrollo de la virtud (areté)
Nos encontramos con el mismo problema; que hacer con el
cuerpo del niño.
Leemos algunos
criterios diagnósticos que establece el e DSM IV para los Trastornos
por déficit de atención y comportamiento perturbador.
-A menudo mueve en
exceso manos o pies…
-A menudo no presta atención suficiente a los detalles o
incurre en errores por descuido en las
tareas escolares…
-A menudo corre o salta excesivamente en situaciones en
que es inapropiado hacerlo..
- y siguen otros criterios…
Se podría decir…
es cierto que se mueve el niño…es cierto
Es cierto que no
responde a las consignas…es cierto
Es cierto que es
impulsivo…es cierto
Apaciguarlo, acallarlo y adaptarlo.
Pero, la diferencia: los griegos tenían ideales, acordes
a la formación del carácter, a la virtud que esperaban de los ciudadanos de las
polis.
Michel de Certeau en un libro que se titula: Historia y Psicoanálisis
subraya en un apartado que se llama “Una
estilística del deseo” que el gran movimiento Freudiano fue reintroducir los
afectos en forma de pulsiones.
Dice:”Los afectos son la forma que toma en la obra de
Freud el regreso de las pasiones…
Eliminadas del discurso de la ciencia, las pasiones
fueron arrojadas al dominio de la literatura….
Con Freud reaparecen en un discurso económico”
La ciencia a partir del Siglo XIX ubicó a las pasiones y
a los afectos del lado de lo no serio: del lado de lo literario, reduciéndolas a desviaciones psicológicas con
relación al orden, para finalmente marginarlas.
Por lo tanto Freud reagrupa, según su propia concepción
del aparato psíquico, a las pasiones que fueron rechazadas en nombre de la
racionalidad.
Fíjense que Freud al introducir la pulsión introduce
aquello que es fronterizo entre lo anímico y lo somático.
La pulsión como representante psíquico de los estímulos
que proviene del cuerpo y alcanzan el alma.
Como medida de una exigencia que es impuesta a lo anímico
a consecuencia de su trabazón con lo corporal.
Con Freud no hay
más cuerpo por un lado y razón por el otro. Hay una imbricación entre ambos, un
anudamiento.
Hay una exigencia desde el cuerpo que interpela a lo
anímico.
Entonces a) Freud reintroduce en la ciencia aquello que
la ciencia rechaza, los afectos, las pasiones, La pulsión es propiamente el
concepto que marca está diferencia.
b) Michel de Certeau
plantea que la regla de todo tratamiento psicoanalítico contradice
frontalmente una norma primera y constituyente del discurso científico; que
quiere que la verdad del enunciado sea independiente del sujeto locutor.
En cambio para el psicoanálisis es decisivo el lugar del
locutor. Y además que este lugar “del
locutor” está determinado por sus afectos.
Entonces desde este punto de vista importa para nosotros
analistas, la singularidad del locutor, su afectividad, diríamos el modo de cómo
relata y no solo lo que relata.
Ahí donde el primero lo condena, el segundo lo defiende.
Confesar los afectos es también re-aprender un lenguaje
nuevo que la ciencia rechaza, ver en el texto las marcas de la propia
producción.
Michel de Certeau dice: Siguiendo el juego de los
afectos, entre sus ocultamientos y confesiones el psicoanálisis analiza de
hecho las modalizaciones del enunciado por los contextos del habla.
“Funda una lingüística del habla”
Entonces el cuerpo que observa, califica y ordena el
DSM está lejos, es diferente al cuerpo
que se escucha, lee, piensa y teoriza en el psicoanálisis.
Para el psicoanálisis, el cuerpo es de otra complejidad,
es un cuerpo entramado, de otra textura. Entramado entre lo simbólico, lo real
y lo imaginario.
El tema no está planteado en relación a la medicación.
Sino que desde el punto de vista de la clasificación, el cuerpo le es cada vez más ajeno al niño, es
objeto del otro y para el otro, que lo observa y lo juzga.
Mientras el psicoanálisis invita a que ese cuerpo sea
subjetivado por el niño. Que él pueda hablar de su sufrimiento.
De que manera? A
través y por el discurso, en los juegos, en las producciones gráficas, en las
escenas que cobrarán valor significante a medida que se despliegue la
transferencia.
Que cobraran valor significante implica que se anudaran a
la historicidad propia del sujeto.
Con esto quiero
decir que no alcanza con que el niño juegue, el juego del niño necesita de una
lectura, que lo anude a su singularidad.
El cuerpo que se mueve, que no para, tiene algo del orden
del exceso, que es necesario que se pierda, que se tramite vía lenguaje.
“El problema clínico se plantea a nivel de la
satisfacción, algo les pasa a los pacientes en ese nivel,” dice Lacan, Sienten que algo no anda bien…”
E indica justamente
que nosotros analistas,
intervenimos en el asunto porque encontramos que ahí, hay demasiado esfuerzo,
demasiado sufrimiento, un penar demás asociado a la pulsión.
“Nos metemos en el asunto porque creemos hay otra vías,
vías más cortas…porque el estado de satisfacción se ha de rectificar a nivel de
la pulsión”
Entonces la pulsión exige trabajo psíquico. Es una fuerza constante, para Freud
tiene un carácter de perentoriedad.
La meta es la satisfacción, Lacan la va a plantear como
imposible, entonces ¿cuál va a ser la meta ?
Hacer el recorrido, volver sobre el borde.
Al dar la vuelta, la pulsión contornea un vacío, y hace
que el objeto sea indiferente
La fuente para Freud es un proceso somático, que se
desarrolla en un órgano o en una parte del propio cuerpo, representado en la
vida anímica.
Para Lacan son también las zonas erógenas que tienen
estructura de borde.
“Entonces la pulsión es un montaje a través del cual, la
sexualidad participa de la vida psíquica y de una manera que tiene que
conformarse con la estructura de hiancia característica del inconciente”
El punto, la mira, está en la integración de la
sexualidad a la dialéctica del deseo.
Si seguimos la propuesta de M. Cristina Vidal en relación a la clínica
con niños podemos plantear lo siguiente:
En la estructuración del cuerpo del sujeto en tanto
afectado por el lenguaje, se destacan dos niveles el de la superficie del
espejo que trabajaron con Sara Wainstejn y el determinado por el trazado de la
pulsión.
El narcismo introducido por Freud se corresponde con el
cuerpo imaginario. Esta imagen implica la creencia en una unificación. Hay una
pregnancia de la imagen en la medida que ella anticipa la unificación corporal.
Se trata de un primer registro de la superficie del cuerpo dado por lo
especular y que da a entender un cuerpo ilusoriamente sin agujeros, un círculo
cerrado, no dividido.
La superficie de la imagen permite instituir el cuerpo de
lo imaginario que solo puede ser pensado en su articulación simbólica, real.
El anudamiento RSI es sostenido por el trabajo de lo
imaginario cuya función es la de unir, mantener junto.
Lo imaginario da consistencia al nudo y se apoya en el
cuerpo.
En tanto decíamos que la superficie del espejo es vivida
como la esfera, la acción de la pulsión revela la hiancia del cuerpo del otro y
del sujeto, desde está perspectiva el cuerpo tiene estructura de borde.
Entonces como decíamos la pulsión está en la frontera
entre lo psíquico y lo somático. No resulta de una maduración prefijada del
cuerpo, no hay ninguna metamorfosis natural de la pulsión oral a la pulsión anal;
y se estructura en torno a un objeto que se pierde que como lo señala Freud no
procede de la unificación de la imagen.
“…Cuando la primerísima satisfacción sexual estaba
conectada con la nutrición, la pulsión sexual tenía un objeto fuera del cuerpo,
el pecho materno. Lo perdió justo en el momento en que el niño pudo hacerse la
representación global de la persona a quien pertenecía el órgano…”
Entonces es a partir de la perdida que se produce la
pulsión parcial, el encuentro es siempre reencuentro.
El destete, en cuanto seno, se inscribe como perdido y
origina la pulsión oral que siempre es un anhelo de algo que no está.
La demanda del Otro confronta al niño con dar o retener
las heces; inscribiendo la pulsión anal.
“El pasaje de la pulsión oral a la pulsión anal no se
produce por un proceso de maduración, sino por la intervención de lago que no
pertenece al campo de la pulsión, por intervención o desvío de la demanda del
Otro…”
En el centro está la función del objeto a,
objetos de la demanda: pecho y heces. Objetos del deseo: voz y mirada.
El falo en tanto significante posibilitará que la perdida
se articule a la castración, para que la demanda se anude al deseo.
En el análisis, acordando con lo que plantea Cristina
Vidal, es necesario construir un tercer nivel que es la superficie de discurso.
Porque en el análisis se trata de la articulación de la palabra como actos que
producen cortes, torsiones, nuevos anudamientos y que una cuestión para el
analista es como poder construir esa superficie de discursiva donde operar.
El analista debe estar atento a la pregnanacia que gana
la imagen del cuerpo para situar su escucha en el nivel que se articulen los
efectos del significante en las producciones del niño.
El cuerpo del niño y el cuerpo del analista entran en
escena en cuanto consistencia, en cuanto consistencia imaginaria cuya función
de ligadura sostiene el análisis.
Entonces el analista debe en el análisis con niños
prestar el cuerpo, prestar el cuerpo, prestar como estrategia de la cura y por lo
tanto articulado a la instauración de la transferencia.
Se trata de un prestar, como forma de instituir un
semblant que implica un límite, una barrera al goce de forma que la tensión
agresiva y la excitación erótica sean barradas.
Es un artificio que delimita goce y abre a la
construcción de una superficie psíquica donde el analista pueda operar.
La función de semblant implica que el analista sostiene
el juego, el no es partenaire del juego en la medida que no está implicado en
sus subjetividad.
Pero posibilita la constitución de un espacio que como
todo espacio no se reduce a lo imaginario sino que incluye la dimensión
simbólica y también lo que se sustrae y se pierde y apunta a lo real.
En el analista hay un prestar el cuerpo y al mismo tiempo
un estar afuera, una relación de conjunción y disyunción entre la consistencia
y la ex- sistencia que promueve la constitución del sujeto.
En la clase se presentó un material clínico, donde se
pudo pensar la articulación entre el
cuerpo, el padecimiento y el síntoma.
Referencias bibliográficas.
Historia y psicoanálisis, Michel de Certeau
Ética, Baruch Spinoza
Los Cuatro Conceptos fundamentales del Psicoanálisis, J.Lacan
Tres Ensayos para una teoría sexual.S.Freud
Pulsiones y sus destinos. S.Freud
Los Niños entre la
Naturaleza y los Ideales. Artículo Revista Inscripciones.
S.Sujarchuk
Conferencia sobre objeto y pulsión en las psicosis. Sara Cagliolo